(Imagen de "Miolo")
Tercer y último relato, participante en el concurso del club kenpo-karate de Abrucena, en el que se ensalzan los valores humanos
Hace unos años, vivía en Italia, un chico llamado Manuel, de buen aspecto físico, pero de carácter muy desagradable e irrespetuoso. A él no le gustaba vivir en Italia, pero el dinero no le permitía vivir en otro lugar.
Un día quiso tener un amigo o una amiga para hablar, ir juntos a dar paseos…Se fue a la plaza mayor porque allí siempre había mucha gente con edades comprendidas entre veinticinco y treinta años que era más o menos su edad ya que tenía veintiocho años.
Se encontró a un chico formal, que parecía que era un buen trabajador y muy respetuoso. Pero a Manuel no le parecía un buen amigo porque estaba sentado en un banco de la plaza leyendo una novela.
Después se encontró a una chica cuidando a una niña pequeña. A Manuel tampoco le gustó esa chica ya que a él no le gustaban nada los niños, y mucho menos los pequeños.
Cuando miró el reloj vio que eran las nueve y media de la tarde y decidió irse a su casa porque él creía que lo de buscar amigos era una tontería y que podía pasar esas horas jugando al ordenador o viendo la televisión.
Al siguiente día se levantó un poco tarde, desayunó y se fue al cine para ver una película. Cuando llevaba viendo media hora se cansó y en lugar de esperar a que terminara que aún faltaba una hora, se fue a visitar a su prima Luisa. Ella era de su misma edad y siempre se había llevado muy bien con Manuel. Cuando llegó a casa de Luisa, abrió la puerta sin permiso de ella. Al verla,
Manuel dijo:
- Luisa, ¿por qué te has puesto esa ropa? Vas fatal.
Su prima Luisa le respondió:
- ¡Eres un irrespetuoso, eso no se dice aunque lo pienses y menos a tu prima! ¡Vete de mi casa!
Manuel se fue enfadado de la casa de su prima Luisa y se puso a pensar de ella. Pensó que era una antipática y desagradecida, porque, encima de que él fue a su casa a visitarla, ella se enfada. No la quería volver a ver.
A la semana siguiente, su prima Luisa le llamó por teléfono y le dijo:
- Manuel, esta semana no he parado de darle vueltas a lo que nos pasó el otro día, no me podía dormir, tenía que estar a fuerza de pastillas… En fin, he llegado a la conclusión, de que he sido un poco grosera contigo, pero tú también te pasaste un poco. Mira, tú eres un poco suelto a la hora de decir las cosas, me da pena decírtelo pero, ¡no tienes amigos por eso! Por tu falta de respeto, tú, cuando estés en una situación como ésta o parecida, tienes que pensar las cosas y aunque pienses que algo no te guste y no estés conforme con ello no lo sueltes, cállatelo, porque si no, no volverás a tener amigos nunca.
Bueno, es hora de colgar ya que debo irme a clases de inglés. Adiós ¡y piensa en estas palabras, te serán muy útiles en tu vida!
Manuel se preguntó por qué ella había sido tan severa pero se quedó callado e intentó recordar esas palabras que su prima Luisa le dijo que le serían muy útiles en su vida.
A Manuel le salieron unas lágrimas de los ojos mientras pensaba en su forma de ser. Manuel, por una vez en su vida, creyó en las palabras de su prima y se propuso él mismo un reto: hacerse un amigo o una amiga. Esa misma tarde se duchó, se peinó y se arregló como un hombre formal, serio, y decidido a respetar las decisiones de los demás. Salió de casa y se fue a la biblioteca para escoger y comprarse un libro parecido a su caso y leer que lo que él había hecho no tenía perdón, que se iba a reformar y ése es el reto que debía cumplir. Se fue de allí para ir al parque donde encontró a mucha gente, se sentó en un banco en el que había otro señor y le dijo:
- Hola, soy Manuel y estoy buscando una buena amistad con la que poder conversar… ¿Quieres ser mi amigo?
El chico le respondió:
- Buenas, soy Pablo y… vale, esto no hay que pensárselo dos veces, acepto.
Al principio estaban avergonzados pero al cabo de un tiempo eran los mejores amigos que se podían tener. Luego Pablo le presentó a una chica llamada Carmen con la que se casó y tuvo una niña, Paula, y un niño, Juan José.
Manuel se hizo de un montón de amigos y de amigas gracias a su prima Luisa que le hizo razonar un poco.
Y esta familia fue la más feliz de todos los tiempos.
2 comentarios:
Maestro as puestoque e por Maria Luisa y es de Maria Mercedes.
Llevas razón. ¡Arreglado! Gracias por la advertencia.
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