En nuestra clase hay muchos ruidos. Aparte del ruido que hacemos nosotros y nosotras están los ladridos de los perros, el de la ventana cuando hace viento y el de los niños/as pequeños cuando salen al patio a jugar.
Como al lado del colegio hay un huerto y están los perros, cuando ven a otro perro o a un gato se alteran y empiezan a ladrar. No paran hasta que se van.
Cuando hace viento, se mete en el cajón de la persiana y empieza a hacer ruido. Eso, aunque no lo creáis es muy molesto, sobre todo cuando estás haciendo un examen.
Los niños y niñas de tres, cuatro y cinco años salen al patio a una hora distinta que nosotros. Corren, gritan, saltan, etc. Nosotros también hacemos ruido y como les molesta a los de quinto, intentamos callarnos pero no sirve de nada: volvemos a hablar.
¿Se puede dar clase con estas condiciones?
3 comentarios:
Pues sí que parece escandaloso sí... pero habrá que acostumbrarse... ¿o no?
Saludos!
Pero ...¿dónde está subida esa escuela? El ruido del viento me ha puesto los pelos de punta. Ya tenéis el sonido de fondo de una película de terror, sólo os falta el guion.
Muy buena entrada, felicidades.
Altruista: los humanos tenemos la capacidad de acostumbrarnos a situaciones no deseadas. Lo difícil es lograr que se concentre el alumnado porque con estas músicas...
Conchita: publicamos hace unos días el descubrimiento de cómo evitar el ruido, abriendo la ventana (con vídeo incluido). Pero con los fríos que hay ahora en Abrucena, no es la mejor idea para solucionarlo.
Gracias por los comentarios.
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