martes, 5 de enero de 2010

UNA ANÉCDOTA DE MI MAESTRO (Por Mª Luisa)


(Imagen de "ovillan"·)

Nuestro maestro nos ha contado que, cuando era pequeño, les pidió a los Reyes Magos un esqueleto. No pidió otra cosa porque antes no había ordenadores ni aparatos electrónicos.

Gracias al esqueleto, mi maestro se aprendió todos los nombres de los huesos.

Su tía, que estaba estudiando para enfermera, se lo pidió para aprendérselo ella también.

Mi maestro hizo bien en pedirles eso a los Reyes Magos porque, por lo menos, le servía de algo.

2 comentarios:

M SAMANIEGO dijo...

yo tenia un primo que estudiaba medicina, y tenia un esqueleto su madre que tenia guasa, el una casa que podía tener 10 habitaciones y rodeada de campo, les metía el esqueleto en la cama al personal de servicio, algunas todavia están corriendo

Gregorio Toribio Álvarez dijo...

Jajajaja. ¿El primo estudiaba para médico o para el circo?

 
Share
ShareSidebar
Share |