Érase una vez una niña de ojos marrones, pelo castaño, mediana y olvidadiza. Un día le dijo su madre:
- Marta, ¿puedes ir a comprar pescado?
Marta le contestó:
- ¡Sí! Mamá, dame la cesta.
Marta salió a comprar. Llegó a la pescadería y le dijo el pescadero:
- Marta, ¿qué quieres?
- Un kilo de dorada.
El pescadero se lo dio, lo metió en la cesta y le dijo:
- ¡Adiós, Marta!
Marta vio a sus amigas y se entretuvo jugando con ellas.
Marta volvió a casa y le dijo su madre:
- Marta, ¿y la cesta?
- Se me ha olvidado.
Ella y su madre salieron a buscarla hasta que la encontraron. La niña le dijo a su madre:
- Mamá, nunca más seré tan irresponsable.
- Marta, ¿puedes ir a comprar pescado?
Marta le contestó:
- ¡Sí! Mamá, dame la cesta.
Marta salió a comprar. Llegó a la pescadería y le dijo el pescadero:
- Marta, ¿qué quieres?
- Un kilo de dorada.
El pescadero se lo dio, lo metió en la cesta y le dijo:
- ¡Adiós, Marta!
Marta vio a sus amigas y se entretuvo jugando con ellas.
Marta volvió a casa y le dijo su madre:
- Marta, ¿y la cesta?
- Se me ha olvidado.
Ella y su madre salieron a buscarla hasta que la encontraron. La niña le dijo a su madre:
- Mamá, nunca más seré tan irresponsable.
3 comentarios:
pues marta si que era olvidadiza si
¡¡¡ENHORABUENA LUCÍA ME HA GUSTADO MUCHO EL CUENTO!!!
Precioso chicas muy bonito,me ha gustado muchísimo,mil besos
Lucia,tu cuento me ha encantado.Que cuento mas bonito.!Marta, que la próxima vez no se te olvide nada¡
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