Antes de su llegada, los peques se han portado todo lo mejor posible durante el año para hacer los méritos suficientes para ser premiados. Los que ya saben escribir han redactado su carta correspondiente, pidiendo sus deseos; los más peques les dictan la carta a sus hermanos y hermanas mayores o se conforman con lo que los Reyes les traigan porque acertar, ¡siempre aciertan con nuestros gustos!
Dos miembros de la Policía Nacional, montados a caballo, van avisando de que se acerca la comitiva real y abren paso a este desfile de hermoso colorido. Tras ellos una banda de música ameniza la marcha, seguida de figuras animales de todo tipo.
Se acercan las primeras carrozas y los peques empiezan a emocionarse por la gran cantidad de caramelos que les llueven encima. Más de uno cae sobre nuestras cabezas y llega a hacernos un poco de pupa. Pequeños y mayores tratan de "cazar" el caramelo volador o recogerlo del suelo. Algunos nos dedicamos a hacer fotos y nos caen caramelos, accidentalmente, en la manga del chaquetón.
Tras estas primeras carrozas muy coloridas, varios romanos totalmente equipados avisan de que se acerca el primer rey. Seguro que todos lo habéis averiguado; efectivamente, se trata de Melchor que lanza caramelos en grandes cantidades a diestro y siniestro.
Nuevas carrozas y llueven caramelos a mansalva al fondo de la avenida. No es otro que Gaspar que, ayudado por sus pajes, regala dulzura para todos los asistentes.
Tras éstas y otras pocas carrozas termina el desfile, volvemos a casa y nos acostamos temprano procurando dejarles algo de comida y agua por si lo necesitan cuando visiten nuestras casas. Cuando nos levantemos tendremos todos una alegre sonrisa en nuestra cara. ¡Sí, han venido y han traído el regalo que más ilusión me hacía! Los Reyes siempre aciertan; ¿será por eso por lo que les llaman Magos?
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